sábado, 17 de diciembre de 2011

Las saturnalia romanas

En el apretado calendario de festejos del que disfrutaban mis primos los romanos a finales de diciembre, destacaban las Saturnales, que daban comienzo el 17 de diciembre, en honor del padre del padre de los dioses: Saturno (el Cronos griego), padrecito voraz de Júpiter (Zeus para mí). El pueblo abrazaba con tal vehemencia esta fiesta, que a partir de Domiciano se prolongó hasta el día 24. Según la costumbre romana, cuando Júpiter expulsó a Saturno de sus dominios, éste se instaló en el Capitolio, futura ubicación de Roma, acogido por Jano, un dios aún más antiguo. En su honor, los romanos celebraban con alegría sin límite, suspendían toda actividad judicial, penal y escolar; se comía y bebía sin mesura, se relajaba la moral hasta hacerla inexistente e, incluso, se invertía el orden social: los esclavos trataban de tú a tú a sus amos, pudiendo compartir con ellos una partidita de juegos de azar, algo impensable el resto del año. O sea, que las fiestas más parecidas que hoy en día tenemos a las Saturnales son los Carnavales.

Parece ser que el origen de este acontecimiento social estaba ligado a las labores del campo, pues finalizaban los trabajos de siembra y los esforzados campesinos se entregaban al merecido relax, felicitándose por lo trabajado y encomendándose a los dioses para que los procesos naturales siguieran buen curso y a la postre llegara una valiosa cosecha.

Eran días en que lo material primaba, regalándose unos a otros y palpándose la carne (lo siento, el espíritu no: la carne). Como muestra, aquí un botón, del clásico Marcial: “…que cada uno dé los regalos que le convenga a sus comensales; éstos son frivolidades, fruslerías y otras cosas si cabe, de menos importancia. (…) ¿Pero qué haré con preferencia, Saturno, en los días de borrachera que en vez del cielo te consagró tu propio hijo? ". (Marcial. XIV, 1)

Y ahora, mientras fuera entonan villancicos los coros tradicionales y le cantan al nacimiento de un infante destinado a convertirse en dios, nosotros recordaremos un detalle sin importancia: la noche del 24 de diciembre se había extendido por todo el Imperio (antes República) una antigua tradición egipcia: Cuando Ra, el dios Sol, se enteró de la infidelidad de su esposa embarazada, Nut, la maldijo, y ésta no pudo parir en ningún mes del año. Pero Nut tenía otro amante poderoso, el dios Thot, que jugando una partida de damas con la Luna consiguió de ésta una 72ª parte de cada día del año, con las que compuso cinco días completos que agregó al año egipcio de 360 días. En estas últimas jornadas la maldición de Ra quedaría sin efecto. Así pues, Osiris nació el primero de estos días y en los días siguientes nacieron sus otros cuatro hermanos: Horus, Set, Isis y Nefty. A festejar, por tanto, la noche del 24, el nacimiento de un dios.

Y otro detalle: el nacimiento, a 25 de diciembre, del Sol Invicto. También en conmemoración del nacimiento de Mitra, dios oriental del cielo y de la luz y, más tarde, tutelar de las legiones romanas. Nació milagrosamente del seno de una roca y los pastores fueron los primeros en dirigir sus plegarias al niño desnudo.
El culto al Sol, de escasa importancia entre los antiguos romanos, cobró auge a partir del emperador Aureliano, quien, en el 274, lo asimiló al "Sol Invictus" de la religión siria e instauró un nuevo culto.

No seguiremos glosando el resto de celebraciones, creo que con éstas es suficiente. A partir del siglo IV, obviamente, y con una especie de cristianismo convertido en religión oficial del Imperio, las cosas cambiaron. La nueva religión puso en marcha su maquinaria de marketing, de modo que lo que no se puede eliminar se aprovecha, pues para algo doctores tiene la Iglesia. ¿Saturnales? ¿Osiris? ¿Sol Invicto? No, no: Navidades, Niño Jesús, ah, y una mula y un buey, que también son de dios los animales, aunque rumien.

Sin embargo, tanto le costó a la nueva religión alterar las costumbres del pueblo, que de hecho no tuvieron más remedio que aceptar ciertas manifestaciones, ciertos ritos, ciertos hábitos. No les importó, claro está, ceder en ciertos detalles, pero son detalles que hoy en día se toman incluso por verdades históricas.



miércoles, 14 de diciembre de 2011

La antigua Roma, una sociedad en movimiento

Una vez visto el documental, deberéis responder, y enviar a mi correo electrónico, las siguientes cuestiones :



lunes, 4 de abril de 2011

Coliseo, ruedo mortal: Cuestionario


Cuestionario sobre el documental:


Os recuerdo que tendréis que entregarlo por correo electrónico el próximo miércoles como fecha tope.

domingo, 3 de abril de 2011

La casa romana


A partir del siglo II a. de C. los romanos pudientes, influidos por la cultura griega, enriquecieron y ampliaron sus casas, adosando por detrás del tablinum una segunda vivienda de características griegas. Se trata de la domus, o casa señorial.
En la domus, cada habitación, salvo el atrium, de uso común, estaba destinada a un uso concreto: cubiculum (dormitorio), cenaculum (comedor), tablinum (despacho del pater familias). Ante la puerta de acceso al atrium había un pequeño vestibulum; el atrium, espacio al aire libre, era el patio central de la domus, y por su abertura superior entraba el agua de lluvia (compluvium), que caía en un pequeño estanque central (impluvium), comunicado con una cisterna subterránea. En un rincón del atrio estaba el larario, hornacina destinada al culto doméstico. Alrededor de este patio había algunas pequeñas habitaciones y, alineada con el eje de la entrada, una amplia sala (tablinum) que el dueño utilizaba como sala de audiencias y reuniones con personas no pertenecientes a la familia. Esta habitación comunicaba con el peristilo, un segundo patio interior muy amplio. El peristilo estaba porticado y adornado con toda clase de plantas, flores, estatuas y surtidores. A su alrededor se estructuraban las habitaciones mejor iluminadas y más bellas de la casa (dormitorios, salones), de las que la más importante era el triclinio, sala en la que los romanos cenaban, tendidos en unos divanes ligeramente inclinados y apoyándose en almohadones.

Actividades interactivas acerca de la localización de las distintas dependencias de la casa romana.





Actividades interactivas sobre nociones y conceptos relacionados con lo que acabas de leer y ver acerca de la casa romana.


jueves, 31 de marzo de 2011

Declinaciones: Ejercicios de ampliación

Para practicar las declinaciones sería muy conveniente que siguierais estos enlaces:





Ejercicios interactivos de la 1ª declinación
Ejercicios interactivos de la 2ª declinación (Masc-Fem)
Ejercicios interactivos de la 2ª declinación (palabras en -er)
Ejercicios interactivos de la 2ª declinación (neutro)
Ejercicios interactivos de la 3ª declinación
Ejercicios interactivos de la 3ª declinación (Masc-Fem)
Ejercicios interactivos de la 3ª declinación (Imparisílabos)
Ejercicios interactivos de la 3ª declinación (Parisílabos)
Ejercicios interactivos de la 3ª declinación (neutro)
Repasa el presente del verbo SUM



Enlace

sábado, 12 de febrero de 2011

La sociedad romana


Durante la monarquía, La población de Roma se estructuraba según la riqueza y los derechos legales. Había hombres libres (ciudadanos, libertos y clientes) y esclavos. Los patricios y los plebeyos formaban el grupo de ciudadanos, aunque con diferentes derechos. Sigue leyendo...
En la época republicana, los patricios reforzaron sus privilegios al sumar a su riqueza el control del poder político. La aristocracia patricia monopolizaba las dos instituciones clave , magistraturas y Senado, ya que las asambleas tenían menos poderes. Los plebeyos se convirtieron en un grupo cada vez más numeroso y próspero, por lo que pidieron la igualdad de derechos con respecto a los patricios. Sigue leyendo...
Cuando la República entra en decadencia y Roma aumenta sus dominios fuera de sus fronteras, las tierras conquistadas, que se incorporaron como provincias, transformaron la organización social, económica y las formas de vida republicana. Roma deja de ser una zona productora y empieza a mantenerse a sus expensas. Roma se convirtió en una gran urbe con una numerosa plebe empobrecida.
Con la expansión territorial y la igualdad de derechos entre patricios y plebeyos se producen importantes cambios sociales; la riqueza se convierte en el elemento diferenciador. Lee más...
La etapa del imperio mantiene una estructura social similar a la de la última época republicana. Sin embargo, aumenta el número de esclavos y libertos como consecuencia de la expansión, así como la extensión del derecho de ciudadanía concedido por Caracalla a todos los hombres libres del Imperio. Ya a finales del siglo III la crisis del gobierno provoca la desaparición de la esclavitud y el surgimiento de un nuevo grupo, el de los colonos, que reciben protección y tierras del señor, y a cambio le tienen que entregar parte de la cosecha. Son el precedente del siervo medieval. Lee más...


Clases sociales en Roma


La familia romana:

domingo, 16 de enero de 2011

El idioma de los gestos en Roma


¿Sacarse la lengua significaba burla? ¿Hacer los cuernos resultaba grotesco? ¿Había algún gesto que escondiera intención seductora? Un innovador estudio de la Universidad de las Islas Baleares (UIB) y de Barcelona ha recogido 110 gestos de la época romana que perduran en nuestros días. El equipo dirigido por las doctoras Maria Antonia Fornés, del departamento de Filología Española de la UIB, y Mercè Puig ha recurrido a fuentes escritas y artísticas. El resultado es una base de datos con todos los signos y 580 textos que los documentan.
Orejas
En España, Italia, Brasil, Uruguay y Argentina es común felicitar los aniversarios estirando de las orejas a los cumplen años. El origen de esta costumbre está en la época romana. Antiguamente se hacía un gesto muy parecido: se tocaba el lóbulo de la persona a la que habían de recordarle algo. Asimismo, también se tocaban su propio lóbulo cuando querían hacer memoria. Por ello, hoy se tira de la oreja cuando alguien cumple años: para recordarle el tiempo pasado.

Silencio
"Pero él, llevándose el índice a los labios, atónito por el miedo, dijo: calla, calla". Se trata de un texto de Apuleyo, concretamente de Las metamorfosis (la única novela romana que ha sobrevivido entera), que ha dado cuenta de un gesto muy común entre nosotros, el de imponer silencio.
Aprobación
Uno de los emblemas más interesantes es el del gesto que hacían los romanos a la hora de afirmar o negar. Para comunicar aprobación se hacía lo mismo que ahora: mover la cabeza arriba y abajo. No obstante, la sorpresa ha llegado al investigar la negación. Aunque los romanos conocían el movimiento lateral de izquierda a derecha, no era éste el que utilizaban normalmente para decir no, sino que tiraban la cabeza hacia atrás. Lo más curioso es que este emblema existe todavía en la Italia meridional, al sur de Nápoles; como también perdura en Sicilia, Malta, Grecia y Turquía.


Números
Los romanos podían expresar con los dedos cualquier número entre el uno y un millón. El sistema consistía en representar las unidades con dieciocho gestos distintos realizados con los dedos de la mano izquierda (el corazón, el anular y el meñique expresaban las cifras del uno al nueve, y con el pulgar y el índice las decenas). Con la mano derecha se expresaban las centenas y millares mediante 18 gestos. La posición de las manos respecto al pecho, el ombligo o el fémur expresaban las decenas y centenas de mil. Para el millón se entrelazaban las manos.

Un 'tanto'
Levantar el dedo corazón manteniendo la mano cerrada era un gesto obsceno que intentaba reproducir un pene erigiéndose desde el escroto. "¿También tú te burlas de mí, ladrón, y me muestras el dedo impúdico cuanto te amenazo?", reza un poema romano.

Chasquear los dedos
En latín se llama crepitus digitorum, el gesto de chasquear los dedos servía para enviar una señal a alguien para que hiciera alguna cosa que ya se sabía. Tíbulo lo nombra en sus Elegías como la manera de ordenar a su mujer que le abra las puertas de casa.

Los cuernos
Existe un mosaico del siglo VI d. C. con un personaje que hace el gesto de los cuernos con una mano: levantar los dedos meñique e índice con el puño cerrado. Su significado variaba si se hacía hacía arriba o hacia abajo. De ésta última manera significaba, como hoy, alejar el mal. Es, por tanto, un gesto de protección, como también lo es cruzar los dedos índice y corazón. Eran símbolos de defensa ante el mal de ojo.
'Corta, corta'
El gesto en tono de burla para advertir a alguien que pare de hablar cuando su verborrea se hace insoportable permanece igual hoy. Consiste en mantener los dedos juntos y estirados horizontalmente y juntarlos y separarlos alternativa y rápidamente del pulgar.
Piernas cruzadas

Sentarse con las piernas cruzadas era considerado maléfico en la antigua Roma. También lo era sentarse con las manos entrelazadas y colocadas sobre una rodilla o con los dedos entrelazados. En concreto, estas posturas podían perjudicar algunos procesos como el parto (estaba prohibido sentarse así delante de una mujer embarazada) o la toma de decisiones en una reunión.
Tocarse la barba

Para los romanos, el que se palpa la barba habla calmosamente. La costumbre de afeitarse con un barbero no comienza hasta el siglo II a. C. La doctora Fornés afirma que "de hecho, los primeros barberos, procedentes de Sicilia, llegaron a Roma el año 300 a. C., aunque los romanos ya se afeitaban solos mucho antes".

Cabeza alta
Los discursos del dictador italiano Benito Mussolini recogían gestos de la época romana. Se refiere a ello Petronio, cuando habla de un personaje que sabe que recibirá una herencia y estaba orgulloso de su recuperación moral y económica. De esta manera, levantando la barbilla, manifestaba su orgullo.
Tocarse la nariz
Este gesto no es hoy, como tampoco lo era en la antigua Roma, señal de buena educación. Los romanos consideraban que mantener la nariz limpia era símbolo de buena educación. Sonar a otra persona era una gesto con otro significado: tratarlo como a un niño.
Sacar la lengua
Estaba prohibido sacar la lengua, incluso cuando se tosía, y pasarse la lengua por encima de los labios. Estos gestos podían dar a entender a otra persona que se estaba invitando a una relación más íntima. No obstante,sacar con fuerza la lengua se entendía como una burla. Las primeras manifestaciones que los investigadores han encontrado sobre ello se refieren a "irreductibles" galos que se burlaban de los romanos. Aún así, parece que el gesto ya se hacía en las culturas mediterráneas antiguas, como indica un pasaje de la Biblia (Isaías 57,4).
'Exquisito'
Juntar los dedos índice y pulgar, y besarlos se realizaba como gesto a las estatuas de dioses o al entrar en lugares sagrados. Hoy se utiliza tanto para lanzar un beso a alguien como para expresar satisfacción ante una cosa que ha gustado mucho.
Besar en la boca
En la antigua Roma era común que el amante o un familiar del moribundo le besase en la boca para recibir el alma de la persona que dejaba este mundo. Esto se puede trasladar también hoy en día. La prensa coincidió en interpretar el beso de Madonna a Britney Spears como el traspaso de un cetro: el de reina del pop.
Orejas de asno
"Imitar con la manos unas orejas blancas". Mostrar las palmas de las manos con el pulgar tocando las orejas y moviendo los dedos también significaba burla hace dos mil años. Para los romanos, era imitar las orejas de un asno.
“El porqué de nuestros gestos. La Roma de ayer en la gestualidad de hoy “ (Ed. Octaedro-UIB), de Mª Antonia Fornés y Mercè Puig.